¿Necesitas una web?
Puede parecer que hoy en día tener una web es una herramienta imprescindible de comunicación para cualquier empresa pero ¿por qué? ¿todas las empresas necesitan una web? ¿Qué hace que tu web funcione?
Está claro que no estar en Internet puede hacernos perder clientes y que hoy en día la presencia en Internet es muy importante. Si nos fijamos en los datos del informe de We are Social con Hootsuite somos 43 millones los españoles con acceso a Internet en 2019, 4 millones más que en 2018, esto es un 93% de la población.
Además el total de ventas por Internet crece sustancialmente año tras año, así como el uso de teléfonos inteligentes para navegar por Internet. Así según AIMC en 2018 el móvil es el principal dispositivo de acceso a Internet para el 43,4% de los usuarios.
Según este estudio, además, un 40,1 % de Españoles pasaba más de 4 horas en Internet y un 26,3 entre 2 y 4.
Si nos fijamos en estos datos, está claro que Internet es una de nuestras principales fuentes de información.
Aún así, ¿necesito una página web? Las redes sociales, por ejemplo, también pueden ser una buena forma de estar presente en Internet sin necesidad de tener una página (muchos negocios mantienen una página en Facebook y no tienen una página web propia). También podemos formar parte de una plataforma que se encargue de promocionar nuestro negocio, por ejemplo, para un hotel, estar en Booking u otra plataforma similar puede ser más importante que tener una página propia.
Dicho esto cómo decido si tener o no una página web. Mi consejo, lo primero céntrate en cuál es tu modelo de negocio. De nada va a servir publicar una web que se base principalmente en nuestros gustos personales y que se olvide de quién es nuestro público objetivo, cuál es nuestro sector o qué queremos vender y cómo.
Parece muy claro que no puede ser igual una página que vende zapatillas deportivas a un público muy joven, que una joyería con clientes muy exclusivos. De hecho, claramente el modelo de negocio es totalmente diferente y su web debería responder a esa diferencia, tanto en estilo de diseño, como en funcionamiento, contenido, etc.
Probablemente para el primer negocio integrar una tienda online sería una buena idea, pero ¿y para la segunda? Quizá no tanto, sobre todo si sus clientes buscan la recomendación y el trato personalizado que se da en una tienda física en la que son atendidos por un profesional con altos conocimientos en el sector. Esto es algo que claramente habría que estudiar y analizar antes de lanzarse a crear la web.
Por otro lado, imaginemos un pequeño negocio de barrio, digamos una peluquería, con clientes que no se mueven bien en el ámbito digital. Probablemente estos clientes nunca o casi nunca entren en la página y la forma de ganar nuevos clientes podría ser, en general, el boca a boca. ¿Funcionaría aquí una web? Posiblemente no si no queremos cambiar el modelo de negocio.
En este último caso podríamos optar por captar nueva clientela de otro perfil, pero antes de meternos con la web habría que plantear bien ese cambio de modelo de negocio, al que no sólo la web si no otros muchos elementos deberían adaptarse para atraer a otro tipo de público. Por ejemplo, podríamos redecorar el establecimiento, los uniformes de las y los empleados y empleadas, renovar los carteles para presentar peinados más modernos o incluso alternativos, modernizar nuestra imagen corporativa, etc.
Pero para ello debemos estar seguros de que este es el paso más lógico en este momento y qué podemos permitirnos la pérdida de algunos de nuestros clientes actuales. Este es un paso arriesgado a estudiar con mucho detenimiento y que no puede hacerse “de hoy para mañana”
En resumen, una web es sólo una parte, si bien importante no la única, de nuestra estrategia de comunicación, que debe siempre encajar con nuestro modelo de negocio y nuestro plan de marketing. Por eso no debemos creer que publicar una web sin estudiar previamente qué queremos transmitir y a quién, va a convertir nuestro negocio en un éxito.
